Causas comunes de las caries
Acumulación de placa bacteriana
La principal causa de las caries es la placa bacteriana, una película pegajosa que se forma constantemente sobre los dientes. Esta placa está compuesta por bacterias, restos de comida y saliva.
Cuando consumimos alimentos o bebidas que contienen azúcares y almidones, las bacterias de la placa los transforman en ácidos. Estos ácidos atacan el esmalte dental —la capa protectora de los dientes—, debilitándolo poco a poco hasta crear pequeñas perforaciones que, con el tiempo, se convierten en caries.
Consejo: cepíllate los dientes al menos dos veces al día con pasta fluorada y utiliza hilo dental para eliminar la placa que se acumula entre los dientes.
Consumo frecuente de azúcar y alimentos procesados
El azúcar es el enemigo número uno de los dientes. Cuantos más dulces, refrescos, galletas, pasteles o bebidas azucaradas consumas, más alimento proporcionas a las bacterias que producen los ácidos causantes de las caries.
No solo los dulces tradicionales son un problema; los alimentos procesados y las bebidas energéticas también suelen tener altos niveles de azúcar oculto. Incluso algunos productos que parecen saludables, como los yogures saborizados o los jugos naturales envasados, pueden contener cantidades elevadas de azúcar.
Consejo: limita el consumo de azúcar y prefiere agua o bebidas sin endulzantes. Si consumes dulces, trata de hacerlo junto con las comidas principales y no entre comidas, para reducir el tiempo de exposición de tus dientes al azúcar.
Mala higiene bucal
Una higiene bucal deficiente es otra causa directa de las caries. Cuando no se cepillan los dientes correctamente o se olvida el uso del hilo dental, la placa se acumula y los ácidos comienzan a dañar el esmalte.
Además, no cepillarse antes de dormir permite que los restos de comida permanezcan toda la noche en la boca, favoreciendo el crecimiento de bacterias.
Consejo: establece una rutina diaria de higiene bucal que incluya:
- Cepillado con pasta fluorada (al menos 2 minutos).
- Hilo dental para limpiar entre los dientes.
- Enjuague bucal para eliminar bacterias adicionales.
Boca seca o falta de saliva
La saliva cumple un papel esencial en la protección contra las caries, ya que ayuda a neutralizar los ácidos y remover los restos de comida de la boca.
Cuando no se produce suficiente saliva —una condición conocida como xerostomía o boca seca—, los dientes quedan más expuestos al ataque de las bacterias.
Las causas de la boca seca pueden incluir:
- Uso de ciertos medicamentos (antihistamínicos, antidepresivos, antihipertensivos).
- Fumar o consumir alcohol.
- Enfermedades como la diabetes o el síndrome de Sjögren.
Consejo: bebe suficiente agua durante el día, mastica chicle sin azúcar para estimular la saliva y evita el consumo excesivo de alcohol o tabaco.
Alimentación inadecuada
Una dieta pobre en nutrientes afecta directamente la salud bucal. Los dientes necesitan minerales como el calcio y el fósforo, además de vitaminas A, C y D, para mantenerse fuertes y resistentes.
Una alimentación rica en comida chatarra, refrescos y harinas refinadas favorece el crecimiento de bacterias y la desmineralización del esmalte.
Consejo: incluye en tu dieta alimentos que beneficien tus dientes, como:
- Frutas y verduras crujientes (zanahoria, manzana, apio).
- Lácteos bajos en grasa.
- Frutos secos.
- Pescado y huevos (fuentes de vitamina D y fósforo).
Dientes mal alineados o con defectos
Los dientes torcidos o con fisuras pequeñas pueden ser más propensos a acumular restos de comida y bacterias, ya que son más difíciles de limpiar correctamente.
Del mismo modo, los dientes con manchas blancas o zonas porosas indican debilidad en el esmalte, lo que los hace más vulnerables al desarrollo de caries.
Consejo: visita a tu dentista regularmente para detectar a tiempo cualquier defecto o desgaste. En algunos casos, un tratamiento de ortodoncia o un sellador dental puede ayudar a prevenir el problema.
Fumar y consumir alcohol
El tabaco y el alcohol no solo afectan los pulmones o el hígado: también dañan los dientes.
Fumar disminuye la cantidad de saliva, favorece la acumulación de placa y mancha los dientes. El alcohol, por su parte, reseca la boca y puede erosionar el esmalte debido a su acidez. Ambos factores aumentan significativamente el riesgo de desarrollar caries y enfermedades en las encías.
Consejo: si fumas o bebes con frecuencia, procura reducir el consumo y mantener una higiene bucal más estricta.
Factores genéticos
En algunos casos, las caries pueden estar relacionadas con la genética. Algunas personas heredan un esmalte más débil, una composición de saliva diferente o una forma dental que favorece la acumulación de bacterias.
Aunque no se puede cambiar la genética, sí se puede prevenir y controlar la aparición de caries con una buena higiene y revisiones dentales regulares.
Consejo: visita al dentista cada seis meses para una limpieza profesional y un chequeo preventivo.
No usar productos con flúor
El flúor es un mineral que fortalece el esmalte y ayuda a revertir las primeras etapas de la caries. Sin embargo, muchas personas usan pastas dentales sin flúor o enjuagues bucales que no lo contienen, perdiendo esa protección adicional.
Consejo: asegúrate de que tu pasta dental tenga flúor y sigue las recomendaciones de tu odontólogo sobre su uso. El flúor puede marcar la diferencia entre un diente sano y uno con caries.
No acudir al dentista regularmente
Una de las causas más comunes (y evitables) de las caries es no visitar al dentista con frecuencia. Muchas personas esperan a sentir dolor antes de acudir a una revisión, pero en ese punto la caries ya puede estar avanzada.
Las revisiones periódicas permiten detectar y tratar las caries en sus primeras etapas, evitando complicaciones mayores como infecciones o tratamientos más costosos.
Consejo: agenda limpiezas y chequeos dentales cada seis meses. Una detección temprana siempre es la mejor prevención.